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El corazón del sabio se inclina a su derecha; pero el corazón del necio a su izquierda.

Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento y a todos hace saber que es insensato.

Si el ánimo del gobernante se exalta contra ti, no abandones tu puesto; porque la serenidad apacigua grandes ofensas.

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